El equipo de Boston se proclamó como el más exitoso de camiseta ricky rubio españa la NBA. Sí, una temporada le alcanzó para espantar los fantasmas de las lesiones que impulsaron su salida de San Antonio y, además de llevar a los canadienses al campeonato, se posicionó como el mejor jugador de la NBA. Sin embargo, tras la salida del arquero Luis Largacha por indisciplina (que en ese momento era considerado el mejor arquero colombiano), el plantel se sumió en una crisis interna que repercutió en los resultados deportivos; se cayó del lote de los punteros y al final del año ocuparía la novena posición. Los años 60 se caracterizaron por la falta de logros deportivos; si bien, continuaron con la nómina de puros criollos, ese año y el siguiente (60 y 61) el equipo terminó en la cola del campeonato. Los extranjeros no cumplieron las expectativas y la falta de recursos económicos impedía consolidar la nómina y la campaña, por lo que el equipo terminó en la décima posición. Conclusión Los uniformes de basquetbol de mujer son un elemento crucial en cualquier equipo.
Prueba de la crisis son los cuatro técnicos que Nacional tuvo durante ese corto lapso, (José Etchegoyen, René Seghini, Julio Tóker, y Julio «Chonto» Gaviria) quienes no pudieron revertir los resultados y en cambio salían debido al bajo rendimiento del equipo. El plantel lo completaban el central Julio Edgar «Chonto Jr.» Gaviria (hijo del arquero campeón del 54, Julio Gaviria); Eduardo Balassanián, José «Pepillo» Marín y Héctor Lombana. De la Argentina, Hernán Botero (que ya era presidente) contrató a Juan Carlos Baiolli y un trío de volantes que después serían conocidos como los «Óscares»; Óscar López, Óscar Romero y el creador, Óscar «El Coco» Rossi, quien había jugado para la selección de su país en el mundial de Chile 1962. Junto con ellos el presidente contrató al arquero Luis Largacha, al paraguayo Onofre Benítez, a los argentinos (que ya jugaban en Colombia) Eugenio Casalli y Oswaldo Sierra. Originalmente, se esperaba que la natillera continuara operando para el campeonato profesional de 1960, pero el descalabro financiero sufrido en el internacional de amistosos disputado en Medellín a principios de ese año, con la participación de los equipos Huracán de Argentina, Sao Paulo de Brasil y el Deportivo Independiente Medellín, llevó a la desintegración del plantel de jugadores que sostenían el proyecto, destacando la partida del «Turrón» Álvarez al Deportivo Cali.
Para ello, hablaron con los liquidadores del equipo, Francisco Robles y Antonio Patiño Vinasco, con el fin de que este último, gracias a su relación con las directivas de la DIMAYOR, mantuviera los derechos de participación (o ficha) del Atlético Nacional y, así, que la natillera pudiera disputar el torneo profesional de fútbol. Esto, a su vez, puso en evidencia, ante la prensa y el público en general, el arreglo pactado entre los jugadores de la natillera y los liquidadores del equipo quienes, a su vez, habían mantenido pausada la liquidación del Atlético Nacional durante 2 años, en franca violación a los estatutos de la DIMAYOR. En consecuencia, se firmó un contrato de arrendamiento entre los participantes de la natillera y los liquidadores del Atlético Nacional: los jugadores recibirían el dinero de las taquillas, de allí pagaban los gastos del alquiler del estadio y del arriendo a los liquidadores del equipo verdolaga y se repartían lo que quedaba. Los liquidadores, por su parte, usaban el dinero recibido del arriendo para saldar las deudas con los acreedores y para pagar el uso de la ficha ante la DIMAYOR. Sin embargo, algunos jugadores verdolagas, liderados por Humberto «Turrón» Álvarez, Hernán El Burro Escobar Echeverry, Ignacio El Loco Calle y Ricardo El Tanque Ruíz, idearon una forma de participar en el Campeonato colombiano 1958: Se asociaron en forma de las denominadas Natilleras, práctica habitual en los barrios de Antioquia que consiste en un grupo de personas que aportan dinero con el fin de lograr un objetivo común.
Más tarde en cumplimiento de un programa de expansión, las autoridades del club adquirieron tres propiedades linderas, ubicadas sobre la calle Rioja al norte de la tribuna de cemento y una franja de terreno sobre la calle Salta; esta última operación hizo posible la ejecución de la pileta de natación. Si bien, en la década del sesenta el Atlético Nacional acumuló varias decepciones y pocos éxitos, durante la década del setenta se empezó a escribir una historia distinta. A finales de 1961 ingresó Hernán Botero Moreno como accionista del Atlético Nacional. En aquel torneo de 1958, el Atlético Nacional / Independiente Nacional cumplió una buena presentación: ocupó el quinto lugar y durante gran parte del campeonato estuvo de segundo y peleando la punta. Investiga qué lugares cerca de ti ofrecen transmisiones en vivo de los playoffs y reserva una mesa con anticipación para asegurarte un buen lugar. En 1965 se cumplió la única actuación destacada de la década al obtener el subcampeonato a tan sólo dos puntos del primer lugar. En 1966, tras la buena actuación del año anterior, las expectativas eran grandes, como también fue la inversión de los dirigentes para armar una nómina competitiva.